Demasiada tú, demasiada tú para mi.
no cabe mas miel en mis labios.
Demasiada, tú, que me enamoraste
de una calada de tu boca de rubí.
Demasiada tú, que ni mirarte.
Demasiada que ni oler tu perfume.
ni de lejos el brillo de tus ojos
evitar querer siquiera soñarte
Demasiada tu cabello en el viento
Demasiada tu figura en la sombra
Demasiada tu voz y tu luz de ámbar
Demasiada, maldita Carolina,
me haces caer siempre
en lágrimas de papel
y vuelves a vivir en mi tinta
a hacerme arder la mente.
Carolina, poesia cruel
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